Es
cierto que la “Ley del menor esfuerzo” se dictó hace mucho tiempo. La conozco
desde que tengo uso de razón, o sea, desde la primera vez que mi vieja me estaba
retando. Es innegable que, ahora, nos asombramos cada vez más con cosas menos
impactantes, o también que vemos el transcurrir del día cada vez con menos
esfuerzo, por parte de uno, o bien a nuestro alrededor. Si esto sigue así,
dentro de un tiempo no muy lejano vamos a estar pidiendo un aplauso para el que
llamó al delivery.
jueves, 4 de junio de 2015
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