sábado, 11 de septiembre de 2010
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Llega el viernes y ni bien NO suena la alarma, ya que hace más de una semana me despierto con la vibración de un celular que ya no suena, pienso en la culminación de mi ardua semana y eso me da las últimas fuerzas para levantarme a sufrir mi último día laboral de la semana. Pienso en que, una vez terminada la jornada, finalmente voy a poder ir a la cama y dormir sin restricción alguna, lejos de toda posibilidad de salir a emborracharme por ahí. Curiosamente, y motivo de estas palabras, 9.30 de la mañana me despierto, algo que nada tiene que ver con mi perrita ladrando justo al lado de la ventana de mi habitación, de MI habitación dije, a ver si mis hermanos dejan de entrar a cada rato a buscar algo (y encontrar otra cosa), o con mi viejo hablando por teléfono desde la cocina con el tipo del vivero, para que yo me entere y ahora pueda nombrarles cuáles van a ser las plantas que en un futuro van a estar creciendo en mi patio, y, en resumen, me encuentre en mi estado más lúcido, listo para escuchar una clase del arquitecto Panvini, nada menos que un lunes, a las 8 de la mañana!
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2 comentarios:
Me gusta tu blog, es muy divertido y me hace reír con lo cotidiano de la vida.
Aquí tienes a una servidora y nueva seguidora de tu blog.
Ánimo, yo no pongo el despertador hace 8 meses, y creeme que echo de menos tener actividades.
Un abrazo.
D.
hola te voy siguiendo bonito blog el mio es http://habitaciondelrey.blogspot.com
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