Mi mano toma (al igual que la boca) una taza, introduce en ella 350cc de leche fría y la dirige hacia el microondas. El dedo índice es el encargado de pulsar un tiempo de 2 (dos) minutos y luego el encendido. Más tarde, y al grito de “piiiiiip, piiiiip, piiiiiiiiiiiiiiip” me acerco ansiosamente (como a lo largo de toda mi vida), abro su respectiva puerta, y es justamente esa ansiedad la que toma la taza y la dirige en un ángulo mayor a 45° con respecto al nivel del plato, lo que produce una colisión de la misma con el borde superior del electrodoméstico. Estos ruidos onomatopéyicos, si me permiten la expresión, son indescriptibles, y a la vez acompañados de clarísimos “La pu… madre que me re parió”.
viernes, 16 de abril de 2010
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2 comentarios:
Eso no es nada, yo conozco a uno que .. ¡apoyó el vaso en el aire jugando pipeline!
twentytwo.
Genio, buenisima la explicacion del derrame de leche jeje, pero le cambiaria el titulo, xq nunca llego a ser Cafe con leche jeje..
Abrazo, Cani
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