Un
año más. Un año menos. Lo cierto es que después de tantos años y con ellos, numerosos
festejos, la vida y la experiencia me enseñaron que en lugar de poner cara de
boludo cuando le cantan a uno el cumpleaños feliz, es mejor es aplaudir y
seguirle el ritmo a los demás, siendo igual de pelotudo. Después de eso,
agradecer, a todos y a cada uno, porque es un saludo que se valora, cada año,
un poquito más.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
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