Hay
situaciones en las que, por más que se hable y se intente, no hay vuelta atrás.
Pero siempre pensamos en la posibilidad de negociar, de llegar a un acuerdo, a
algo que satisfaga a ambas partes. De todas formas, no tengo dudas de que
existe un escenario en el que se hace imposible charlar, y es cuando me estoy
bañando y a mi vieja se le ocurre lavar los platos. Y ya me quemé vivo.
miércoles, 15 de julio de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Es muy cierto, jamas vas a poder negociar en esa situación. Muy bueno ��
Publicar un comentario