jueves, 19 de febrero de 2015

Nombres.

Tengo un hermano que se llama Ignacio. Siempre pienso que a mis viejos, más allá de que sea el cuarto de cinco hijos, evidentemente les sobraba el tiempo a la hora de buscar nombres. Indudablemente fue un tiempo perdido, todo el mundo, y como en cada rincón del mismo, le dice “Nacho”. Ahora, y esto no es sólo con respecto a mi familia, sepan, padres y madres, que pierden el tiempo buscando un nombre si su hijo sale colorado, narigón o rengo.

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