Desconozco si tendrá que ver con
la crisis económica o no, pero cuando era chico me entretenía jugando o
molestando a alguno de mis hermanos. Ahora, cada vez que vuelvo a casa me la
paso mirando televisión. Claramente existe una conexión entre estas dos formas
de distraerse en épocas tan dispares. En algún momento mis viejos dejaron de
sacar hermanitos de la galera y empezaron a ubicar televisores en cada rincón
de la casa.
miércoles, 16 de abril de 2014
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