Con el paso de los años fuimos
aprendiendo nuevas tácticas para esquivar esas conversaciones en las que nada
nos interesa. La más utilizada es la de buscar los auriculares en la mochila,
y, al mismo tiempo en que vamos desenrollando los auriculares, respondemos con
algún “si, puede ser, que se yo”, para no ser tan cortantes, pero al mismo
tiempo dando por finalizado el tema. Otra de las maneras es sacar un libro y
empezar a ojearlo un poco, todo esto para terminar, como en la primera opción,
cerrando de a poco los ojos para dormirnos definitivamente, que sería el
objetivo al cual queremos llegar. No conozco a nadie que le guste mantener una
conversación durante un viaje en colectivo, algunos sólo lo hacen por querer ser simpáticos...
lunes, 25 de febrero de 2013
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