sábado, 4 de agosto de 2012

Mis cosas, tus cosas..


Pensándolo bien, creo que a mi celular deberías tenerlo vos. Como dije, el celular, literalmente, no sólo el número. Llevate la carcaza, el chip, la tarjetita de memoria y su música y los mensajitos de texto, porque ahora que me doy cuenta, en los dos o tres años que tiene de vida el teléfono, nunca me interesé en eliminarlos. ¡Y los borradores! Eso es lo que más me preocupa. Como dije, prefiero que lo tengas vos, en esas buenas manos, y que lo defiendas como a un hermano, con esa navaja que me mostraste. Pero estoy tranquilo, más que nada porque después de ese momento, en seguida encontré gente que no me prestó su teléfono para llamar a la policía. Y creo que en realidad, me hicieron un favor. Si después de todo, el patrullero vino media hora después, al  grito heroico de “¿Qué pasó flaco? ¿En qué calle fue? Subite y vamos para allá”. A esa altura yo creo que los malvivientes, hijos de re mil puta, lacras, etc etc, ya se encontraban en otro distrito de la ciudad, comentando cosas como “Ja, pobre diablo, ese gil robado”. ¡Gil robado! Por favor. Todo esto mientras tiraban las tarjetas que a ellos no les sirven, pero que a mí me llevan un par de semanas de papelerío. Pero el boludo soy yo, ¿o pensaba ir a desayunar al comedor universitario? Por eso la credencial, ¿vió? Lo que me deja tranquilo fue la predispo, pre-dis-po… Creo que no conocen esa palabra en la comisaría. Está bien, era mejor quedarse dormido en una silla, o tomarse unos mates y hablar de los JJOO (¿hasta cuándo piensan quedarse? Como suelen preguntarle a mi familia cada vez que vamos de visita a la casa de un amigo), antes que escuchar a un rubiecito, con carita de tierno y boludo (sobre todo, boludo), y que encima parecía estar enojado. Cinco minutos después, un “me voy al carajo” al aire, y a esperar el colectivo. Siempre pensaba en esa situación. ¿Cómo sería subir al colectivo sin un mango y decirle al tipo que te haga la gauchada? Tanto especular y… “Jefe, me robaron todo…” Y me hice un lugarcito. De repente recordé a uno de los tantos chinos que aparecieron en Crónica, “Chino llora a moco tendido”, “Me lobalon todo”…

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