Si una vez terminado el año, observo que paso 24 días del mismo arriba de un colectivo, 36 sacando fotocopias, experiencia que no me sirve como tal sino para conocer algún que otro aspecto de la vida, y que me da la posibilidad de poder dedicarle aproximadamente 80 días de trabajo y esfuerzo a la carrera universitaria (aunque todo esto para un futuro), y los comparo con los 12 o 15 días al año que comparto con mis amigos, puedo decirles que algo, ¡anda mal!
domingo, 21 de agosto de 2011
lunes, 8 de agosto de 2011
Cuestión de...?
Yo creo que a las moscas y a los mosquitos habría que calificarlos según quién rompe más las pelotas. Por ende, por qué llamar “mosca” a la mosca y “mosquito” al mosquito, si es el segundo el que, además de zumbarte al oído, ¡te chupa la sangre! ¿O será que los términos provienen de alguno de esos idiomas raros y en los que “mos” significa el insecto y la segunda parte su acción? Entonces, “ca” significa nada, que sería lo que hacen las moscas, y “quito”, ya saben, ¡la sangre!
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